Un cartel giganstesto en la tribuna principal de Montmeló, planificado como cada año por los políticos catalanes, decía "Cataluña is not Spain". Pues los pilotos españoles ganaron las tres carreras del Gran Premio catalán y ocho compatriotas coparon los podios, dejando uno solo para el suizo Luthi en Moto2.
Por mucha maniobra política que haga Artur Mas, ello no evita que la gente le silbe allá por donde va. La clásica manifestación independentista que se prepara cada año en Montmeló, con banderas con la estrella colocadas desde el jueves, no impidió que el presidente de la Generalitat fuera silbado por el público cuando entregó la copa aJorge Lorenzo, vencedor en la cilindrada reina.
Hubo algunos silbidos cuando sonó el himno español en honor deJorge. Pero muchos menos que otros años. Y no hubo una sola protesta cuando Pol Espargaró triunfó en Moto2 ni cuando el mallorquín Luis Salom ganó en Moto2..Esa reacción tan distinta en los tres éxitos españoles hace pensar que los pitos en la entrega de premios de MotoGP es un asunto planificado, con grupúsculos preparados para silbar cuando suena el himno en la carrera más televisada, la de la categoría reina. En las otras solo hubo aplausos a los pilotos.
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