sábado, 15 de junio de 2013

En efecto, el deseo es cuestión de un chispazo

Día 15/06/2013 - 03.18h

Voluntarios que reciben 2 miliamperios de corriente eléctrica en el cerebro ven unos rostros más atractivos en un curioso experimento científico

El chispazo instantáneo que desencadena el deseo cuando se ve un rostro atractivo se enciende dentro de una región profunda del cerebro llamada área ventral, asociada con el procesamiento de la recompensa. Ahora, investigadores del Instituto de Tecnología de California en Pasadena han descubierto una manera de avivar ese fuego. Ni regalos sorpresas, ni cenas a la luz de las velas ni un nuevo vestuario sexy. El verdadero elixir del amor son 2 miliamperios de corriente eléctrica. Un chispazo en toda regla.
Utilizando una técnica llamada estimulación transcraneal de corriente directa (tDCS), que pasa corriente a través del cerebro a través de dos electrodos en el cuero cabelludo, el equipo pidió a 19 voluntarios que evaluaran el atractivo de varios rostros caucásicos masculinos y femeninos antes y después de que la actividad en sus áreas ventrales se viera incrementada. Los rostros mostrados tenían expresiones neutras y habían sido generados por ordenador.
Un grupo de control recibió una estimulación eléctrica falsa, que produce una sensación de hormigueo pero sin corriente real. En comparación, los voluntarios que recibieron la tDCS calificaron las caras como mucho más atractivas en una escala de ocho puntos después de recibir el chispazo.
Como es lógico, los investigadores no proponen que utilicemos su descubrimiento para dar descargas a mansalva y hechizar a los amantes potenciales. Sus intenciones son bien distintas. Según explican, esta capacidad para manipular una región profunda del cerebro sindrogas ni cirugía invasiva sugiere que técnicas similares se podrían utilizar para tratar trastornos asociados con las disfunciones de la zona ventral del cerebro, como la enfermedad de Parkinson, la esquizofrenia, la depresión y las adicciones.
La investigación aparece publicada en la revista Translational Psychiatry.

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