sábado, 4 de mayo de 2013


Caso Profumo, el escándalo sexual que calentó la Guerra Fría

Día 03/05/2013 - 17.20h

Medio siglo después del caso que sacudió al Reino Unido, salen a la luz nuevos interrogantes

Caso Profumo, el escándalo sexual que calentó la Guerra Fría
AFP
Christine Keeler
Sus facciones resultan familiares, pero nadie es capaz de asignarle una identidad. Mirada oscura y penetrante, pómulos delicadamente afilados, labios carnosos y un corte de pelo mop-top. Cuando se cumplen 50 años del escándalo político en torno al ministro de Defensa británico John Profumo, la aparición de un cautivador retrato de una joven desconocida ha dado un vuelco a una trepidante trama de sexo, espionaje y poder que se fraguó en el marco «conspiranoico» de la Guerra Fría.
El dibujo en tonos pasteles fue descubierto hace unos días por Clare Freestone, comisaria de la National Portrait Gallery de Londres, donde esta semana se ha inaugurado una muestra de grabados y fotografías del propio Profumo y de Christine Keeler, la prostituta con la que mantuvo una relación extramatrimonial. Lo que nadie presagiaba es que en el reverso de un cuadro en el que se representa a Keeler apareciese esbozado el rostro de otra mujer, acompañado por una nota escrita en marzo de 1975 en la que la querida del entonces ministro afirma: «Ésta soy yo, pero no sé quién es la chica que aparece detrás. Es alguien a quien recogieron en una parada de autobús». La pregunta ahora es, ¿quién es la otra joven?

Testigo directo

Al parecer esta mujer podría haber sido testigo directo del primer encuentro entre Profumo y su amante. En 1961, el político británico quedaba prendado de la hermosa bailarina de variedades de 19 años, Christine Keeler, mientras esta se bañaba desnuda en la piscina de la finca de lord Astor en Cliveden (Buckinghamshire). Mantuvieron un tórrido romance durante varios meses, que pronto empezó a filtrarse en los círculos de Westminster. El caso adquirió máxima notoriedad al conocerse que Christine también había compartido cama con el entonces agregado militar de la Embajada de la Unión Soviética en Londres, Eugeny Ivanov.
¿Cuántos secretos militares habría desvelado al ministro o al diplomático ruso, inconscientemente? El escándalo mayúsculo infundió tal serie de temores y paranoias que terminó por considerarse que se había puesto en peligro la seguridad nacional. Profumo dimitió a principios de 1963 y arrastró en su caída al propio Gobierno conservador de Harold MacMillan. Keeler fue condenada a nueve meses de cárcel por conspiración.
Con muchos interrogantes todavía sin despejar, la National Portrait Gallery está ahora dispuesta a descubrir la identidad de la mujer desconocida para encajar otra pieza más en el rompecabezas del asunto Profumo y arrojar luz en una trama que aún conmociona a la sociedad. «Nos encantaría saber quién es. Si algún amigo, nieto o familiar la conoce, que se ponga en contacto con nosotros. Es un verdadero misterio y es por eso que necesitamos un poco de ayuda», imploró el comisario Terence Pepper al diario «The Guardian».
Además de este enigmático cuadro, la muestra titulada «Escándalo del 63: el cincuenta aniversario del asunto Profumo», que se expone hasta el 15 de septiembre, incluye un grabado de la icónica foto con la que Lewis Morley inmortalizó a Keeler desnuda y sentada a horcajadas en una silla. 

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