domingo, 21 de abril de 2013


El día de las Tiendas de Discos, del anacronismo más pop

Día 20/04/2013 - 20.30h
Reflejo patrio del Record Store Day iniciado en 2007 en Estados Unidos, la jornada viene cargada de conciertos, «pinchadas», fiestas en discotecas, descuentos y material exclusivo
Este sábado 20 de abril se celebra en España el Día de las Tiendas de Discos, reflejo patrio del Record Store Day iniciado en Estados Unidos en el 2007, que viene cargado de conciertos, «pinchadas», fiestas en discotecas, además de descuentos y material exclusivo para la ocasión. El festejo tiene cierta carga reivindicativa (¿existe el día del gigante bancario?), de dejarse notar, de poner también la mejor de sus caras, porque no hay duda de que se escucha mucha música, pero el problema es que ya no se compra. Y menos en las tiendas «físicas».
En 2012 se vendieron en nuestro país 12 millones de álbumes de los de libreto, un 7'9% menos respecto al año anterior. Este sector en 2001 llegó a facturar 626 millones de euros y el año pasado no llegó a los 93, un 85% menos. Un hundimiento muy destructivo, como es natural, que se ha llevado consigo a los locales de venta del material. Los tradicionales enemigos de la pequeña tienda (Fnac o El Corte Inglés) han cambiado. Ahora Amazon y las descargas ilegales juegan demasiado duro. Ya no hay colas de gente esperando a las puertas de una tienda para comprar un nuevo lanzamiento; ahora las cadenas humanas esperan en otras puertas (quizá en el mismo lugar) para comprar el nuevo dispositivo tecnológico con el que escucharán la música que les venga en gana. El medio se ha convertido en el fin. Aunque las orejas en principio siguen siendo importantes.
¿Cómo ves el futuro? «De color hormiga profundo», contesta el José Escribano, de la mítica tienda Escridiscos, desde el 77 enclavada en el centro madrileño. Abiertamente concienciado con el contexto de estos días, el responsable del negocio considera que la compra de música es «un artículo de lujo, como los perfumes». Carlos Pascual de la catalanaDiscos Revolver confía en que haya sitio para ellos en una ciudad como Barcelona. «Ahora el cliente es más fiel y coleccionista», explica. Para mañana en Revolver preparan un día especial con 300 títulos exclusivos de BowiePink Floyd o Tame Impala, así como al actuación de Biscuit tocando versiones de clásicos punk de los sesenta en la sala Apolo, con la posibilidad de jarana hasta el amanecer. En Escridiscos habrá un 20% de descuento en su oferta durante todo este tercer sábado de abril.
«Los que se bajan discos… muchos son jóvenes que no tienen un duro y quieren oír música. Pero conoces mil que tienen mucho dinero y se bajan 30 por semana», cuenta Escribano. Pascual cree que «el pirateo siempre ha existido» y que sobre todo «afecta a los super-ventas». Ambos valoran positivamente a Spotify como herramienta de conocimiento previo y coinciden en que Amazon les perjudica porque ofrece unos precios difíciles de igualar. «Les deben dar (por las discográficas) unos precios brutales. Venden discos por debajo del precio de venta a tienda», cuenta el encargado de Escridiscos. «Y por la forma en que tributa…», añade Pascual.

El vinilo, lo más moderno

Durante el año pasado, las ventas de vinilos sufrieron un pequeño retroceso con un 4,3% menos de ventas que en 2011, pero el objeto esencial de cualquier melómano que se precie ha dejado de ser marginal y está recuperándose del desprecio del pasado reciente. «Nos hemos dado cuenta años después de que el sonido es mucho más cálido», dice irónico Escribano, que se refiere sobre todo a los que están fabricados en Estados Unidos, Reino Unido, Alemania o Japón, «no como los españoles, que parecen papel de fumar».
Escribano cuenta una anécdota para hacer valer y justificar que su imagen no desaparezca del Google Maps de las ciudades: «Sinde vino una vez hace diez años, antes de ser ministra de Cultura. Recibimos después una carta que nos explicaba que antes en un gran centro le habían tratado de manera desagradable, que no tenían el disco que buscaba ni lo tendrían por largo tiempo. Era el último de Elliot Murphy (de entonces). Y me felicitaba». «Los primeros aficionados somos nosotros, es una tarea divulgativa, conocer a los clientes… eso no lo vas a encontrar en un supermercado», dispara Pascual, de Revolver.

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