lunes, 28 de mayo de 2007

"SÍNDROME DE FATIGA CRÓNICA"

Una enfermedad misteriosa.
Es posible que una persona visible a más de 20 médicos hasta descubrir que sufre esta dolencia, no tan extraña.
En la fatiga crónica no hay nada que demuestre objetivamente que se está enfermo. No hay más medios de acercarse a la enfermedad que las confesiones del paciente. Y por si fuera poco, son síntomas fluctuantes, con lo que, en muchos casos, tampoco se puede confirmar una sospecha. Por otra parte, no hay un tratamiento eficaz. Se sabe que afecta tres veces más a la mujer que al varón. El 80% de afectados son mujeres de menos de 40 años.
Hoy por hoy y gracias a distintos consensos, se han llegado a establecer los criterios por los que debe regirse un diagnóstico de esta patología.
¿LA SUFRO YO?
Si respondes "sí" a cualquiera de estas preguntas, puedes sufrirlo:
  • ¿Alguna vez te has sentido cansada largos períodos de tiempo o más de seis meses seguidos?
  • ¿El médico no te ha podido encontrar la causa de algún dolor o enfermedad?
  • ¿Haces la mitad de lo que hacías antes porque te sientes cansada?
  • ¿Has tenido dolencias recurrentes o persistentes durante más de seis meses, como dolor de garganta, muscular, de cabeza, problemas de sueño..?
Nadie está seguro de las causas del síndrome de la fatiga crónica. Los síntomas pueden ser causados por un sistema inmunológico débil debido a un tipo de virus.
CÓMO SE TRATA
El primer paso es tratar de encontrar la causa médica a la fatiga. El médico te hará un examen físico completo.
Lo segundo serán análisis de sangre, aunque con esta dolencia no suelen decir mucho.
Algunos síntomas, como los dolores musculares, los problemas para dormir, la ansiedad o depresión se pueden tratar con medicamentos.
En estos momentos, la medicina sólo puede reducir los síntomas, pero no curará la fatiga.
Hasta ahora no hay remedio que cure el síndrome por completo, pero si se puede mejorar.
¿CÓMO PUEDO MEJORAR MI VIDA COTIDIANA?
Haz un diario:
Descubre cuáles son las horas del día en las que te encuentras con más fuerzas y energías y apúntalas. Así podrás programar tus actividades importantes en esos momentos de la jornada en los que te encuentras un poco mejor.
Ejercicio físico: mantén un ritmo de ejercicio que esté de acuerdo con tus posiblilidades. El médico puede ayudarte a hacer un "planning" de ejercicios para mantener la fuerza todo lo que sea posible.
Exprésate: Es fundamental hablar de lo que sientes, reconocer y expresar tus dolores, frustraciones y miedos.
Pide ayuda: Recurre a tus familiares y amigos. Su apoyo y el de las personas que te quieren son muy importantes.

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