Beber agua es fuente de salud, pero cuidado con los extremos. Beber demasiado y de manera compulsiva puede desembocar en un trastorno de la personalidad: la potomanía.
El consumo excesivo de este líquido puede ser síntoma de un desequilibrio psiquiátrico, ya que una persona potomaníaca necesita beber grandes cantidades de agua sin tener ninguna sed. La mayoría de los afectados comienzan a engancharse en un afán por perder peso de un modo que, sin pasarse, es saludable. Porque beber calma la ansiedad y quita el apetito. Las personas afectadas llegan a ingerir seis, siete y hasta diez litros al día. ¿Consecuencias? Alteración en el funcionamiento de los riñones, de la sangre y el equilibrio de los fluidos internos. Sin embargo, la psiquiatra Ana Luisa Monterrey ve otro gran problema en lo que denomina la "cocacolamanía": "Es impresionante cuántas mujeres tienen que engañar a sus hijos y cambiar el contenido de la Coca-Cola normal por el de una sin cafeína para que no acaben de los nervios".
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