Hannah Warren, una niña de dos años y la persona más joven del mundo en recibir un trasplante de
tráquea bioartificial, ha fallecido este sábado, según ha informado
The New York Times.
La operación, la sexta que se ha hecho en todo el mundo, fue realizada por el doctor Paolo Macchiarini, un especialista en el campo de la medicina regenerativa. Sin embargo, según ha dicho el doctor Mark J. Holterman al periódico, la defunción de la niña no fue por ese motivo. El cirujano pediátrico del hospital ha explicado que durante la operación de trasplante, también se le practicó una cirugía de esófago, que no sanó adecuadamente. Por ello, se le volvió a intervenir después. Las complicaciones derivadas de esta intervención han sido la causa de la muerte, ha afirmado Holterman.
«La tráquea nunca fue un problema», dijo el Dr. Macchiarini. «Era su tejido nativo, que era muy frágil», aseguró. Hasta someterse a la operación, Hannah había pasado toda su vida en una unidad de cuidados intensivos para recién nacidos en un hospital de Corea, respirando a través de un tubo insertado en la boca.
Hasta ahora, los avances en la medicina regenerativa han sido lentos. El doctor Macchiarini ha realizado otros implantes de tráquea similares, pero hasta ahora el paciente que más ha vivido después de la operación fue, durante dos años y medio, un hombre de Eritrea.
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