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- BRASIL, PURO FERVOR EN LA JMJ
- 'No traigo ni oro ni plata, sino a Jesucristo'
- 15 COMENTARIOS JAVIER TORRES
- El Papa Francisco se muestra cercano al pueblo, aunque esto provoca graves problemas de seguridad. Y arremete contra la 'cultura del descarte' que aparta a jóvenes y ancianos.
- Nada más llegar a Río de Janeiro, el Papa Francisco lanzó un mensaje que irrumpió con tanta fuerza como el propio protagonista. “No tengo oro ni plata, pero traigo conmigo lo más valioso: Jesucristo. Vengo en su nombre para alimentar la llama de amor fraterno que arde en todo corazón y deseo que llegue a todos y a cada uno mi saludo. La paz de Cristo esté con vosotros”.Las primeras horas del Papa Francisco en Río de Janeiro pusieron de manifiesto el carácter arrollador del nuevo Pontífice así como algunos fallos de seguridad en la Policía brasileña. En el trayecto que el Papa realizó desde el aeropuerto en el jeep que usa los domingos para acercarse a los fieles en San Pedro del Vaticano –a diferencia de Benedicto XVI, rechazó utilizar el Papamóvil– hubo un instante en el que la seguridad se vio desbordada ante los miles de peregrinos que querían acercarse a saludar al Papa. En un momento del trayecto, el coche que transportaba a Bergoglio quedó irremediablemente parado debido al embotellamiento provocado por dos autobuses que le precedían. Los agentes de seguridad que acompañaban al Papa se las vieron tiesas para controlar a los peregrinos que se acercaban al coche y estiraban sus manos para tocar a Francisco.El ministro de la Secretaría de la Presidencia, Gilberto Carvalho, admitió que el Papa Francisco quedó atrapado debido a un error en el trayecto, por el cual su comitiva demoró casi quince minutos para recorrer unos 500 metros en pleno centro carioca. Aunque se vivieron momentos de tensión y se llegó a temer por la seguridad del pontífice, el portavoz vaticano, Federico Lombardi, le restó importancia al hecho. Según Lombardi, ese error permitió comprobar el entusiasmo de los jóvenes con Francisco, sobre quien aseguró que estuvo “muy tranquilo, feliz y cordial” y que los remolinos de personas en torno a su automóvil fueron “momentos de felicidad”.Por si fuera poco, la Policía detonó una bomba de fabricación casera encontrada en uno de los baños del Santurario Nacional de Nuestra Señora de Aparecida, en la ciudad de Aparecida do Norte, lugar que hoy visitará el Papa.'Un pueblo no tiene futuro sin jóvenes ni ancianos'Las palabras de agradecimiento que el Papa Francisco dedicó ayer a todos los jóvenes que fueron a recibirle a su llegada no tuvieron toda la repercusión que quizá hubieran tenido de no haberse producido los disturbios entre manifestantes y policías a consecuencia de las protestas sociales que sacuden el país en los últimos tiempos. Precisamente el Papa no ha desaprovechado la oportunidad que le brinda la Jornada Mundial de la Juventud para lanzar un mensaje de esperanza a los jóvenes ante las dificultades de la crisis. “Es el ventanal por donde entra el futuro en el mundo”, dijo durante la comparecencia junto a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, en el palacio de Guanabara."Cristo tiene confianza en los jóvenes y les confía el futuro de la su propia misión. Id y hacer discípulos", dice el PapaDel mismo modo, Francisco arremetió contra “la cultura del descarte”, que no solo amenaza a los jóvenes “una generación sin trabajo por la crisis mundial” sino también a los ancianos. “Los dejamos de lado como si no tuvieran nada que ofrecernos, pero tienen la sabiduría de la vida, de la historia, de la patria, de la familia. Un pueblo no tiene futuro si no va adelante con los dos extremos: con los jóvenes porque tienen la fuerza y con los ancianos porque tienen la sabiduría de la vida”.Del mismo modo, el Pontífice tuvo palabras de agradecimiento hacia los jóvenes a través de su cuenta en Twitter por la “magnífica acogida” que le brindó Río de Janeiro. “¡Gracias! ¡Gracias! Gracias a todos ustedes y a todas las autoridades por la magnifica acogida en tierra carioca”. “Comenzamos una semana estupenda en Río. Que sea una ocasión para profundizar nuestra amistad con Jesucristo”, añadió.'No serán defraudados'Pero no fue hasta ayer cuando se inauguró la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud de forma oficial, con una misa en la playa de Copacabana a la que, como estaba anunciado, no asistió el pontífice por descanso. No hay que olvidar que el día anterior el Papa –76 años y con un pulmón menos– había realizado un viaje de doce horas desde Roma.En sus primeras horas en Río de Janeiro, el pontífice aseguró que su visita a Brasil va más allá de las fronteras y expresó su deseo de encontrarse con los jóvenes de todo el mundo, “que hablan idiomas diferentes, pertenecen a culturas diferentes y sin embargo encuentran en Cristo las respuestas a sus más altas y comunes aspiraciones y pueden saciar el hambre de una verdad clara y de un genuino amor que los une por encima de cualquier diferencia”.El Papa, que se dirigió en portugués a los peregrinos, dijo que “Cristo les ofrece espacio, sabiendo que no puede haber energía más poderosa que la que brota del corazón de los jóvenes cuando son seducidos por la experiencia de la amistad con Él. Cristo tiene confianza en los jóvenes y les confía el futuro de su propia misión. Id y hacer discípulos, vayan más allá de las fronteras de lo humanamente posible y creen un mundo de hermanos”, señaló.Pide a los adultos que garanticen a los jóvenes "la seguridad y educación, y trasmitan valores duraderos"A pesar de la incertidumbre por la crisis, el Papa pidió a los jóvenes que tengan confianza en Cristo. “No tienen miedo a arriesgar con Él la única vida que tienen, porque saben que no serán defraudados”. Francisco manifestó que sabe que dirigiéndose a los jóvenes habla también a sus familias, comunidades eclesiales y naciones de origen, “a los hombres y mujeres de los que depende en gran medida el futuro de estas nuevas generaciones. La juventud es el ventanal por el que entra el futuro en el mundo y por tanto nos impone grandes retos. Nuestra generación se mostrará a la altura de la promesa que hay en cada joven cuando sepa ofrecerle espacio, tutelar las condiciones materiales y espirituales para su pleno desarrollo, darle una base sólida sobre la que pueda construir su vida”, subrayó.Inmenso corazónAl mismo tiempo, el Papa argentino también pidió a los adultos que garanticen a los jóvenes la seguridad y educación, le transmitan valores duraderos “por los que vale la pena vivir”, le aseguren un horizonte trascendente “para su sed de auténtica felicidad y su creatividad en el bien” y le dejen en herencia un mundo que corresponda “a la medida de la vida humana”.Asimismo, Francisco añadió que hay que despertar en los jóvenes las mejores potencialidades para que sean “protagonistas de su propio porvenir y corresponsables del destino de todos”.Francisco resaltó en su discurso que la providencia ha querido que su primer viaje internacional sea a América Latina, de donde viajó a Roma para el cónclave en el que salió elegido papa el pasado 13 de marzo y destacó que además sea a Brasil, el país con el mayor número de católicos en el mundo, casi 165 millones.Agradecido por la acogida, el Bergoglio señaló: “He aprendido que para tener acceso al pueblo brasileño hay que entrar por el portal de su inmenso corazón, permítanme pues que llame suavemente a esa puerta. Pido permiso para entrar y pasar esta semana con ustedes”.Hoy está previsto que el Papa visite el santuario de Aparecida –virgen patrona de Brasil–, donde el lunes por la noche la policía desactivó una bomba.'Beatificar al ángel surfista'La Iglesia ha iniciado la causa de beatificación de Guido Schäffer, un surfista que murió en 2009 a los 34 años en la playa de Barra de Tijuca, Rio de Janeiro (Brasil), mientras practicaba el surf tras recibir un golpe que lo dejó inconsciente y, posteriormente, se ahogó. Guido Schäffer era joven, surfista, carioca y de familia acomodada. Hablaba la jerga de los jóvenes de su barrio, el exclusivo Copacabana, y tenía una novia con la que muchos presentían que podía casarse. Casi todos le recuerdan como alegre y vitalista. De profesión médico, sus profesores de facultad y los jefes en el Hospital le recuerdan como un gran profesional.La de Guido fue una infancia normal. Pasaba mucho tiempo en la playa surfeando, su gran pasión, y practicaba, además, otros deportes en compañía de sus amigos.Sus padres fueron decisivos en la espiritualidad de Guido. Iban siempre a la Eucaristía dominical en familia y rezaban todas las noches juntos. Además, su madre participaba activamente en el grupo de oración Buen Pastor, de la Renovación Carismática Católica, y evangelizaba como voluntaria en escuelas públicas.Cuidar pobresGuido invitaba desde adolescente a sus amigos para que acudieran a algún retiro espiritual, en especial el del Cenáculo, que organizaba el Movimiento Sacerdotal Mariano, y al que acudía todos los meses su madre. Maś tarde, al iniciar la carrera de Medicina, Guido se integró en el grupo Fuego del Espíritu Santo, otra comunidad carismática que atendía a los pobres de las Hermanas de la Caridad. Pero lo que representó un cambió total en la vida de Guido fue una frase que escuchó en un retiro: “No apartes la cara ante ningún hombre y Dios tampoco la apartará de ti”. Dicen que la lectura de este texto de Tobías le cambió de forma radical al recordar las veces que había desviado la cara ante algún pobre. Entonces se puso de rodillas y pidió perdón al Señor y le suplicó: “Jesús, ayúdame a cuidar a los pobres”.La organización de la Jornada Mundial de la Juventud Rio 2013 lo ha propuesto como modelo de joven cristiano, para lo cual se han realizado documentales y libros como “El ángel surfista” del escritor Manuel Arouca.
miércoles, 24 de julio de 2013
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