«Los misiles son una amenaza (para Israel) y puedo dar fe de que no se ha acelerado la venta. Esperemos que no se concrete pero
si ocurre sabremos qué hacer», afirmó durante una visita a una base militar, según la edición digital del diario Yediot Aharonot.
Yaalón no entró en mayores detalles sobre el tipo de actuaciones a las que se refería, pero el Gobierno sirio y fuentes occidentales responsabilizan a Israel de dos bombardeos a principios de mayo, y otro en enero, contra objetivos en territorio sirio.
Según medios internacionales, los blancos atacados transportaban armas que iban a ser suministradas por Damasco a la milicia del movimiento libanés
pro-iraní Hizbulá, aliado del
presidenteBashar al Assad en la guerra civil en la que está inmerso desde hace dos años.
Los misiles S-300 son un importante escudo antiaéreo con el que Al Assad cuenta para evitar incursiones aéreas, tanto de Israel como en el caso de que Occidente decidiera intervenir militarmente.
Yaalón explicó que Rusia, a pesar de sus declaraciones en defensa del acuerdo con Siria, porque aportaría «estabilidad» a la región al impedir una regionalización del conflicto, aún no ha enviado los misiles al Ejército sirio.
Israel se desentiende
El ministro de Asuntos Estratégicos e Inteligencia de Israel, Yuval Steinitz, ha asegurado que Israel «no está envuelto ni quiere verse envuelto» en el conflicto sirio.
«Hemos decidido no animar ni a EEUU ni a Europa a tomar decisión alguna ahí porque es una situación muy complicada», aseguró el ministro, quien sin embargo recalcó que Israel se «defenderá y reaccionará ante cualquier amenaza de parte de Siria».
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