Consejos para no ser un padre ñoño. ¿Comprarías un pelele con olor a placenta?
M. J. P-B. / MADRID
Día 09/05/2013 - 13.19h
¿O un capazo con airbags? Descubre si eres un papá cursi
¿Quién no se enternece con los primeros balbuceos, sonrisas, pucheros y muecas de su bebé? Hasta el punto de volverse ñono y cursí. Hasta verse realizar expresiones, gestos y utilizar una jerga que si no fuera porque es padre consideraría que roza el ridículo. Hasta ver que su retoño es el único protagonista de todas sus conversaciones. La llegada de un recién nacido revoluciona emocional y psicológicamente a los progenitores hasta transformarlos en personas que no se reconocen a sí mismas.
«No vayáis diciendo que el bebé y sus padres no caben en una berlina de cuatro metros»
Contra lo que no se puede luchar
Hay que prepararse para algunas realidades, cree el autor. Admitir que las abuelas son el summum de la ñonería, «son ñoñasporque les da la gana y punto. Y si les apetece hacer muecas, pucheritos y hablar en falsete, lo hacen, ¡¿pasa algo?!». Y que habrá que poner buena cara ante los regalos putada: «cachivaches que emiten sonidos supuestamente relajantes, pero que te ponen de muy mala leche, peluches de dimensiones desproporcionadas que no caben en casa... El regalo putada estrella son las esclavas: el artículo 4 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos prohíbe todo tipo de esclavitud, y eso incluye las terribles pulseritas de oro». O admitir la estética del color rosa para todo lo que lleve el bebé si es niña.Con los niños, el tema del color no es tan evidente, «pero es fundamental aplicar la norma anterior a la inversa: nada de rosa. Además, hay un icono «comodín» que garantiza la masculinidad de cualquier prenda, adorno o complemento: el coche».
No hay que dejarse llevar por las necesidades creadas por el mercado
Recuperar las conversaciones
Otro de los síntomas más comunes de que el bebé ha invadido hasta el espacio vital de los papás es cuando es el tema y el protagonista de todas las conversaciones. Al principio hasta hace ilusión. Después, se echa de menos hablar del tiempo, del fútbol «o de la vecina del quinto». Para no caer en esto, Arróspide aconseja:
«—¡No piques! Hay muchos papás que utilizan una enrevesada estrategia para cazarte: se acercan a tu bebé con cara de entusiasmo, le dedican un par de piropos o tres para que se te caiga la baba, y cuando ya te han enganchado sueltan la frase bisagra «pues el mío…». A partir de ahí comienza su infumable monólogo y estás atrapado.
—Sé cobarde. Si tu pareja ha sido capturada por el enemigo no trates de rescatarla, porque sólo conseguirás caer tú también.
—Y el último y más evidente: No empices tú. Si tú mismo abres la caja de Pandora, ni hay forma de escapar, ni tienes derecho a quejarte».
El sentido de la música, la ropa y las nuevas costumbres que adquieren mamá y papá, la moda de las bisabuelas para el bebé, cuando salen los molares, el idioma del niño... El manual aborda otros aspectos de la llegada del bebé, con la misma simpatía y sabiduría. El autor es también padre de dos hijos.
Los errores inevitables
M. J. P-B. MADRID
Hay errores en los que vas a caer, «sí o sí», dice Arrópide:
—Hablar en bobo: Utilizaremos expresiones del tipo «bubububu» o «cuuuuchicuchicuchi». También usamos términos del lenguaje común, pero pronunciados con un irritante tono cantarín, imposible de reproducir por escrito: «Pero qué pasóóóó», «Dónde está lo más guapo de la cassssa», «Ay que me lo coooomooo»...
—En las conversaciones con tu bebé involucrarás a un extraño que no tiene culpa alguna: «¡¡Cómete el yogur porque si no va a venir este señor y te va a comer el culo y te va a llevar a un sitio que tiene, con jaulas para los niños que no comen!!» Y el pobre señor es un buen hombre que jamás ha hecho daño a nadie. Así que cuando hables con tu bebé, al menos que la cosa quede entre vosotros dos.
—Su juguete favorito: ¿Cuáles son los mejores? ¿Cuáles los más apropiados? Pues la opinión de tu bebé no siempre coincide con la de los pedagogos: entre un peluche y un mando a distancia, tu bebé elige el mando a distancia; entre su teléfono de plástico con sello CE y tu iPhone, tu bebé prefiere el iPhone; entre un osito de peluche y una mina antipersonas sin detonar, tu bebé siempreescogerá la mina antipersonas.
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