"EL GRAN PODER ANTIBACTERIANO DEL AJO"

El ajo: la penicilina rusa

AJO (Allium sativum)

Florece en primavera o verano. Se cría en las huertas, porque no es planta del Mediterráneo, sino del Asia Central, donde se cultiva desde tiempos remotos. Es conocido como la "penicilina rusa" por que en la ex Unión Soviética era un remedio tan común que, en cierta ocasión, se importaron 500 toneladas para combatir una epidemia de gripe.

PRINCIPIOS ACTIVOS:

- Abundantes fructosanos, hasta un 75%.
- Aceite esencial de alicina
- Metil alaina
- Enzimas alinasa

PROPIEDADES TERAPÉUTICAS:

Diurético debido a los fructosanos
Antiséptico y antifúngico por la esencia
Hipotensor por efecto vasodilatador periférico
Antiateromatoso
Hipocolesterolemiante
Antiagregante plaquetario
Hipoglucemiante
Estimula la inmunidad


INDICACIONES:

Hipertensión arterial
Hipercolesterolemias
Claudicación intermitente
Prevención de trombosis
Hiperglucemia
Gripe
Bronquitis
Infecciones
Parasitosis intestinales

ANTIBIÓTICO

Indudablemente, el ajo destruye las bacterias. Es un antibiótico de amplio espectro contra una larga lista de microbios. La alicina, compuesto antibacteriano oloroso del ajo, se desprende cuando se corta el ajo. Si se destruye el aroma, como durante la cocción, el ajo deja de ser antibacteriano, aunque conserva otras propiedades terapéuticas.

ESTIMULANTE INMUNOLOGICO

El ajo aumenta la capacidad de las "células asesinas" naturales del sistema inmunológico. Figurativamente dicho es la primera línea de defensa contra las enfermedades infecciosas y probablemente el cáncer. El descubrimiento de sus cualidades tiene secuelas importantes no solamente para las infecciones y el cáncer, sino también para el SIDA, en el que falla el funcionamiento inmunológico.

PARA EL CORAZÓN

El ajo reduce el colesterol de la sangre y favorece la protección del organismo contra las enfermedades cardíacas, diluyendo la sangre e impidiendo embolias (coágulos sanguíneos internos). Ayuda a reparar las arterias vulnerables.

PARA LA HIPERTENSION

El ajo conquistó fama legendaria como medicación antihipertensiva. Fue utilizado en China durante siglos con este propósito y el Ministerio de Farmacia y Alimentos de Japón lo reconoce oficialmente como depresor de la tensión arterial.

PROTECTOR DE LOS PULMONES

Se considera al ajo expectorante y descongestivo. La cualidad picante del ajo irrita el estómago, que envía señales a los pulmones para que liberen fluidos que licuen la mucosidad y la eliminen.

ANTICANCEROSO

El ajo es una de las estrellas en los círculos de investigación del cáncer. También se descubrió que el extracto de ajo actúa como un poderoso antioxidante contra la llamada "peroxidación lipídica”, que puede insertar moléculas de oxígeno inapropiadas en las células, causando su destrucción. En los ratones mostró ser mejor antioxidante que la vitamina E. Los compuestos de azufre contenidos en el ajo detienen la transformación de determinadas sustancias químicas en poderosos carcinógenos. El Instituto Nacional del Cáncer sitúa los compuestos de azufre del ajo en posición extremadamente alta en su lista de "quimiopreventivos" naturales.

CUESTIONES PRÁCTICAS

Para el problema del aliento se recomienda masticar perejil, por su abundante clorofila. Para desprenderse del olor en las manos, es suficiente lavarlas con limón o con agua y abundante jabón. Hay que emplear el ajo lo más fresco posible. Las sustancias químicas terapéuticas del ajo varían considerablemente según las condiciones del suelo.

¿Crudo o cocido? El ajo tiene que estar crudo para matar las bacterias, estimular el funcionamiento inmunológico y probablemente contribuir a prevenir el cáncer. Pero cocido puede reducir el colesterol de la sangre y ayudar a diluir la sangre y actuar como descongestivo, medicina para la tos, regulador de la mucosidad y preventivo de la bronquitis. Lo mejor es comerlo de las dos maneras.

¿Qué pasa con los aceites de ajo, las cápsulas, las pastillas y las preparaciones especiales? Muchos de ellos, advierten los expertos, tienen muy pocos o ningún compuesto activo.